El actual sistema electoral español tiene un pequeño defecto que PSOE y PP no quieren arreglar: es antidemocrático. Cada vez que este pais va a las urnas la voluntad ciudadana es adulterada mediante un sistema electoral que tiene su génesis en la transición española y que se hizo con el objetivo de perjudicar exclusivamente al P.C.E. . Curiosa transición a la democracia cuando todo vale (incluido modificar la voluntad del pueblo) para impedir que el partido que más ha luchado contra la dictadura pudiese gobernar.
Debido a esta situación fraudulenta los dos escenarios típicos en los que se encuentra el país son: o los partidos mayoritarios gobiernan con mayoría absoluta o necesitarán el apoyo de partidos minoritarios, que sólo pueden ser los nacionalistas, que prestarán su voto a cambio de privilegios territoriales. A cual peor.
Con un sistema proporcional y democrático IU sería muy distinta de lo que es en la actualidad, porque cuando consiguió 21 escaños con un sistema proporcional hubiesen sido 50 o 60, y a una fuerza con ese número de diputados difícilmente se le puede mandar al ostracismo.
Con la actual ley a PP y PSOE cada diputado le sale en torno a 65.000 votos. En cambio a IU le sale el diputado a 500.000. A continuación vemos la actual distribución de diputados en los principales partidos y como quedaría si cada voto valiese igual:
Este fraude es uno de los métodos del capital y sus lacayos (PSOE y PP) para disminuir la fuerza de la clase trabajadora. Los intereses de los trabajadores y trabajadoras son defendidos en el Congreso de los Diputados por Izquierda Unida. Si avanzamos en nuestra representación institucional también avanzaremos en la conquista de derechos sociales.
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